Declaración de los miembros de PLQP para la COP26

Mientras los líderes mundiales se reúnen esta semana en la COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), es urgente que tomen medidas concretas. Sus decisiones deben garantizar una transición justa, centrada en las personas y sostenible hacia una economía baja en carbono, incluyendo el mantenimiento del aumento de la temperatura global por debajo de 1,5°C para limitar los impactos más peligrosos de la crisis climática.

Las organizaciones abajo firmantes somos miembros de Publiquen Lo Que Pagan, el movimiento global por unas industrias extractivas abiertas y responsables. Tenemos un fuerte arraigo y membresía en los países y comunidades donde se llevan a cabo las perforaciones de petróleo y gas y la minería. Hablamos desde los países que menos han contribuido a provocar la crisis climática, pero que van a sufrir sus peores efectos y se enfrentan a los mayores riesgos de una transición energética injusta y mal gestionada. También hablamos desde los principales históricos países emisores de carbono y más ricos que deben actuar con mayor rapidez y financiar la transición energética. 

La COP26 es un momento crucial para que los gobiernos tomen medidas sin precedentes para eliminar la producción de combustibles fósiles de acuerdo con el consenso científico para evitar más de 1,5ºC de calentamiento. Sin embargo, si no se pone a las personas en el centro de la transición energética, ésta será inadecuada e injusta. Estos son nuestros mensajes para los líderes mundiales de cara a la COP26 y más allá:

• Debemos limpiar las cadenas de suministro de minerales para lograr una transición justa: Es probable que la transición a una economía baja en carbono vaya acompañada de un aumento de seis veces en la demanda de minerales de transición como el cobalto, el litio y el cobre. En muchos países, la extracción se lleva a cabo con un gran coste para la salud, el medio ambiente y los medios de vida de la población local, y las investigaciones indican que las mujeres y las niñas se ven perjudicadas de forma desproporcionada. Las comunidades locales obtienen pocos beneficios económicos de la extracción. La participación ciudadana, las garantías de los derechos de los indígenas, incluido el consentimiento libre, previo e informado, y otros derechos humanos, así como las sólidas salvaguardias de gobernanza, deben estar presentes para evitar más daños a las comunidades cercanas a la extracción.
• Es hora de tomarse en serio el apoyo a los países en desarrollo: Los países ricos no van a cumplir su promesa de movilizar 100.000 millones de dólares anuales de aquí a 2020 para apoyar la mitigación del cambio climático y la adaptación de los países en desarrollo. Muchas naciones necesitan desesperadamente esta financiación para ayudar a la transición hacia una economía sostenible con bajas emisiones de carbono.  Esto es doblemente importante para las economías altamente dependientes de los combustibles fósiles, que tendrán que diversificarse rápidamente para llevar a cabo la transición energética que el mundo necesita, salvaguardando al mismo tiempo los medios de vida y el acceso a la energía. Los países ricos deben dar un paso adelante y financiar una transición energética mundial equitativa, así como apoyar políticas que faciliten la diversificación económica, el acceso a la energía limpia, la transferencia de tecnología y el trabajo decente en una economía descarbonizada. También se necesita urgentemente una mayor financiación internacional para hacer frente a las pérdidas y los daños.
• La corrupción y la mala gestión podrían socavar una transición energética justa: Al igual que la corrupción ha socavado la capacidad de muchos países para obtener beneficios significativos a largo plazo de sus recursos naturales, ahora amenaza con hacer descarrilar una transición justa hacia una economía baja en carbono. Los actores poderosos tratarán de perseguir su propio interés a costa de una acción climática global eficaz. Este riesgo se ve agravado por los ataques y restricciones al espacio cívico, que limitan la participación de la ciudadanía en la gobernanza de los recursos naturales de su país. Se necesita más transparencia, en particular de los pagos y las condiciones contractuales, para acelerar el abandono de los combustibles fósiles, desarrollar cadenas de suministro sostenibles para los minerales de transición y garantizar que las empresas y los gobiernos asuman una parte justa de los costes de la transición energética. La transparencia también debe ir acompañada de un entorno seguro y propicio para que la ciudadanía  y la sociedad civil puedan exigir responsabilidades a los gobiernos y a las empresas.

La crisis climática es, por lejos, la mayor crisis de nuestro tiempo. Ya está causando pérdidas y daños devastadores a las personas, afectando a los derechos humanos más básicos de las comunidades afectadas, como el derecho a la vida, la alimentación, el agua, la salud y la vivienda. Aunque nadie escapará a los impactos de esta crisis, las personas de bajos ingresos (y en particular los pueblos originarios, otras minorías, las mujeres, las niñas y los jóvenes) -los que menos han hecho para causar estos impactos- son los que más sufren. La transición energética no debe agravar los daños y la desigualdad derivados de la crisis climática. Publiquen Lo Que Pagan, junto con otros grupos de la sociedad civil, se ha comprometido a exigir a los gobiernos, las empresas y los organismos intergubernamentales que rindan cuentas a largo plazo para lograr una transición energética realmente justa, equitativa y bien gestionada. 

Para más información, lee las posiciones de Publiquen Lo Que Pagan sobre la transición energética.

Listado de organizaciones miembros de PLQP que firmaron la declaración :

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